miércoles, 22 de octubre de 2014

El esfuerzo y la motivación




Este título no es mío, se lo he cogido prestado a un aprendiz de filósofo del primer capítulo de su libro. En este hace una reflexión sobre lo acostumbrados que estamos a hacer cosas que nos suponen un esfuerzo, y el poco caso que le hacemos a las cosas que verdaderamente nos salen de dentro.

He tenido tiempo para pensar en ello y desde que he vuelto a Málaga tengo este tema aún más presente.  Como ya escribía hace unos meses en Lo más importante, creo que en la vida nos dejamos enredar por las obligaciones hasta tal punto que olvidamos lo que nos hace grandes

Hay demasiadas cosas a tener en cuenta, sabes que tienes un futuro llamándote a la puerta, un abismo de miedos que bordear de puntillas, unas expectativas que superar. Y es cierto que en gran parte dejamos de hacer lo que nos nace de forma natural para hacer algo más productivo, pero en este momento sinceramente me cuesta delimitar donde acaba el esfuerzo y donde empieza la motivación. Todos tenemos claro cosas que nos salen de forma natural, bailar, escribir, tocar la guitarra. A nadie le supone un esfuerzo hacer el amor.

Sin embargo no todo es tan evidente. ¿Qué ocurre cuando descubrimos una motivación al final de un esfuerzo? ¿Y cuando perseguimos algo con tanta fiereza que estamos dispuestos a sacrificarnos? No, desde luego no todo es blanco o negro, y no siempre es tan fácil delimitar un factor del otro. Lo que sin embargo mantengo es la importancia de no perder nunca de vista la luz del faro.




“Vámonos a Cuba” es una frase que me acompaña desde que empecé la carrera, hay alguien que me la dice cada vez que estoy sometida a una situación máxima de estrés. Y creo que ilustra bastante bien los momentos en los que decidimos soltarnos de lo que nos ata y redireccionar nuestro camino.

No quiero que penséis en esto tan solo dentro del ámbito educativo o profesional, llevémoslo al plano personal. Cuando tenemos una persona importante en nuestra vida, ya sea una amistad o una pareja, con la que tenemos que esforzarnos es fácil que nos venga la duda de si realmente debería ser así. Tal vez lo natural sería que todo fuera fácil. Es entonces cuando tienes que plantearte si irte a Cuba o quedarte a su lado.

¿Qué ocurre cuando te esfuerzas demasiado por una motivación que no es real? ¿Y cuando pierdes la motivación de vista y finalmente te arrepientes por no haberte esforzado lo suficiente?


Pensad en ello. Buenas tardes, sean felices.