jueves, 17 de abril de 2014

Mientras duró.



Buenas tardes, supongo que muchos de vosotros estaréis disfrutando de las vacaciones de semana santa, en mi caso he decidido pasarlas en mi lugar de origen y (como siempre) me afloran algunas sensaciones que en Málaga permanecen dormidas. Cuando me abrí este blog prometí escribir con la humildad en una mano y la sinceridad en la otra y eso me obliga a escribir lo que siento sin esconderme de nada, por delicado que me resulte el tema. Pues bien, allá va.

Cada vez que vuelvo aquí no puedo evitar sentir un vacío enorme al ver personas o lugares que algún día fueron los pilares de mi vida y que ya no significan nada. Cuando el tiempo pasa y te encuentras en ese lugar te das cuenta de que ni tu eres la misma ni el lugar parece el que fue. Y derepente ese sitio te parece que está hueco. 
Hoy recuerdo momentos que conformaron hitos en etapas anteriores y me resulta inconcebible darme cuenta de que a día de hoy no me acompañan. De que en algún momento el tiempo hizo que dejaran de importarme o que incluso yo misma me obligué a olvidar. Supongo que todos hemos dejado a personas atrás porque la vida ha hecho que tomemos caminos diferentes. Todos tenemos amigos que un día fueron para nosotros lo más valioso y con los que hoy nos cuesta encontrar un tema de conversación. O personas a las que nos encantaría abrazar y que cambiaron tanto que hoy ya no existen.

Hemos vivido cosas tan grandes que trazaron las vías por las que hoy caminamos, hemos llorado de emoción, hemos saltado de alegría, hemos gritado de rabia y hemos amado hasta doler a personas que hoy no están en nuestras vidas. Y no pasa nada.

Mentiría si dijera que no he tardado unos días en conseguir darle la vuelta a la sensación de angustia que me provocaba pensar en esto, pero creo que ya lo he hecho. Esas personas que dejaron de importarnos lo hicieron porque ya no nos hacían felices ¿y que más da? si llegaron otras después capaces de llenarte aun más. Si hoy tu vida está trazada por otros momentos que marcarán los hitos que recuerdes dentro de unos años y de personas a las que echarás de menos cuando se vayan, pero que aun siguen contigo.

Los momentos que viviste no han desaparecido. Siguen ahí, en las noches que pasas abriendo carpetas de fotos y en los días de lluvia en los que abres la caja donde guardaste las cosas importantes. En las veces en las que las miras y te permites un rato para reir o para llorar con ellas; yen las que luego vuelves a la vida real donde te espera la gente que te sigue importando.

 Y te vas tranquila al saber que nadie se los llevó, que allí se quedaron los parasiempres, atrapados en un tiempo en el que siempre fue así... mientras duró. 



Para acabar la entrada he querido poneros dos citas de un libro que espero adquirir pronto. Se llama Los mitos de la felicidad, de la profesora de la Universidad de California Sonja Lyubomirsky.

 “Cuando reflexionamos sobre lo mejor o lo peor que nos haya ocurrido durante los últimos años, puede que nos sorprendamos al darnos cuenta de que a menudo son las dos caras de la misma moneda”

 “Nada en la vida es tan importante como piensas que lo es mientras piensas en ello”.


Muy buenas tardes, sigan construyendo recuerdos! :D