domingo, 5 de enero de 2014

Amor del bueno.



Hoy toca hablar de amor. Pero de amor del bueno. De ese en el que nadie se muere por nadie y la vida de uno no gira en torno del otro. De ese en el que se sustituye la palabra novia por compañera y en el que se suprimen los parasiempres. Os hablo de ese amor que nos llena de paz y convive con nosotros durante el tiempo en el que nos haga felices. Os hablo de comprensión, de confianza, de respeto, de admiración… de colaborar con las ilusiones del otro y empatizar con sus emociones.

Desde que nacemos nos meten en la cabeza esa idea del príncipe azul y de la absoluta necesidad de encontrarlo en nuestra vida. Desde los cuentos de Disney hasta las películas de Hollywood, pasando por las telenovelas o las series más actuales, nos obsesionan con una figura irreal del hombre y con una idea ficticia del amor. Una idea además repleta de estereotipos sexistas y anticuados que una vez interiorizada no hace más que crearnos desequilibrios emocionales.

Yo por mi parte he decidido liberarme de los clichés a los que nos encadenan los discursos mediáticos, ya que sin darme a penas cuenta, me estaban condicionando más de lo que creía.

Y a ti decirte que no voy a adornar la realidad con espejismos, ni voy a idealizar los recuerdos que vayamos construyendo. No voy a creer en cuentos de hadas, y tampoco pediré que seas un príncipe. No voy a prometerte una vida juntos, pero si te sirve te diré que prometo amarte y disfrutarte cada segundo que me quede a tu lado.