lunes, 8 de diciembre de 2014

Ocho de diciembre




Aquí estoy otra vez, en ese día en el que quedamos tu, el mar y el cielo; y quien me trajo a ti, como dice la canción. Aunque lo cierto es que no se quién me trajo a ti, solo se que apareciste y contigo una versión de mi que disfrutaba cuando estabas cerca. Cuando jugábamos a las situaciones imposibles, cuando cantábamos y cuando hacíamos arder al teléfono de tanto escuchar hablar de nuestros amores improbables.

Te fuiste. Un mal día de diciembre, mientras yo esperaba al otro lado del teléfono. Y no volviste, por más veces que yo lo desee deshecha en lágrimas. Te seguí buscando, en mi desesperación, hasta casi perder la esperanza.

Te encontré, y hoy ya se dónde estás. Mi luna. Eres ese lugar que está ahí permanentemente, y que se puede ver cuando esperas a que se haga de noche. Somos tu y yo, muy lejos de aquí, cuando yo era otra yo y cuando tú eras solo tú. Tú y yo, con nuestra historia cerrada, invariable, a kilómetros de aquí. Como la luna.


Y desde entonces te hablo de vez en cuando, sin importarme si es de noche o de día, sin saber si ha salido ya la luna, o si sigue perdida por algún país del norte. Me da igual, porque sé que no se irá a ninguna parte, como nosotros. Como nuestra historia. Como la luna. Eternamente perfecta.





martes, 25 de noviembre de 2014

Enhorabuena.

Alba Claverías, un trocito de luz



Hay algunas cosas que se que no haré en mi vida, como por ejemplo un triatlón. Sin embargo no puedo decir que se deba a que no sepa montar en bicicleta, ya que nunca le he puesto el ímpetu necesario para conseguirlo. Y es curioso porque si me volvieran a pedir recorrer Berlín en bici no dudaría en decir que sí.

Parece algo absurdo y en cambio para mi es algo fundamental. Darnos cuenta de lo flexibles que son los limites que nosotros mismos nos imponemos, de lo frágiles que pueden llegar a ser si decidimos romperlos y al mismo tiempo la fortaleza que pueden suponer si decidimos mantenerlos.

Hasta hace poco no podía imaginarme hasta qué punto nos condicionamos por nuestras propias autoafirmaciones. Por comunicarnos mal con nosotros mismos. Afirmaciones tan aparentemente absurdas como "no soy una persona creativa" nos lleva efectivamente a no serlo, o "soy una persona celosa" nos lleva justamente a alimentar esa inseguridad con nosotros mismos. Y es mucho más fácil de lo que parece reinventarse, dotarse de valoraciones nuevas que te hagan despegar y sobre todo: descubrir. Sentirnos tan orgullosos como el día en el que nos quitaron las ruedecitas de la bici y supimos por primera vez a qué sabía la libertad.

Después de un noviembre frenético he elegido este momento para deshacerme con un bombón de Lindt y decirme bien bajito "enhorabuena campeona". Y creo que es justo esa complicidad con uno mismo es la clave que nos impulsa a seguir batiendo límites.
Y es que nos hace mucha falta pararnos a agradecernos que sigamos luchando, combatiendo miedos, reafirmando esperanzas y alcanzando trocitos de ese cielo que ansiamos tocar y que nos sigue esperando, aunque sea lejos.

Buenas tardes, sean felices.




jueves, 30 de octubre de 2014

Corriendo en círculos



"En manos de Pablo"


No se si es cosa mia y de las personas que tengo alrededor, o algo extensible al ser humano. Que más da. Yo no soy nadie para escribir sobre teorías sociológicas. Tan solo tengo este espacio en blanco que relleno a veces para quitarme peso.

Y pesa. Cuando veo cerca de mi a personas inmersas en ciclos, de los que son incapaces de salir. Cuando hago memoria y me veo a mi misma dentro de los mios propios. Joder que si pesa. Que se lo digan a un yonki.

Supongo que las personas nos enganchamos a lo que conocemos, a los espacios de confort, en los que ya sabemos como vivir. Construimos nuestras historias, nuestra casa, nuestro universo. Y caminamos dentro del mismo sendero, sin dirección, hasta que nos damos cuenta de que no hay salida y volvemos a empezar. No sabemos si nos gusta o no, o no queremos saberlo. Y seguimos caminando en círculos, cada vez más rápido, evitando mirar a los lados para no ser conscientes de que ya hemos pasado por ese lugar. Hasta que te falta el aliento de tanto correr y te paras; y te das cuenta de que estás en el mismo sitio.

¿Cómo vas a abandonar ese camino? Donde está tu historia, tu casa, tu universo. ¿Cómo vas a permitir empezar otra ruta sabiendo que lo que dejas atrás se borrará con el tiempo? Tu historia, tu casa, tu universo. Dejarán de serlo, dejarán de significarlo.

Recuerdo que cuando volví de Londres le dije a alguien "ha sido tan increíble  que me da rabia. Me muero de pena porque si algún día tu no estas no podré volver, y si lo hago encontraré una ciudad distinta, y entonces lo que construimos allí habrá desaparecido."

Creo que ese es el miedo que sentimos cuando caminamos en círculos. Nos negamos a avanzar por miedo a que lo que nos ha definido durante un tiempo deje de tener sentido. Sin pensar que puede que sea justo eso lo que lo tenga.

Forjarnos a base de experiencias, de empezar círculos, de correrlos, de cerrarlos y de volver a empezar, de vivir historias o de inventarlas, de construir casas, de demolerlas, de creer en un único universo o en cientos. Porque supongo que al fin y al cabo eso es lo que somos, círculos cerrados y otros tantos sin cerrar. 

Buenas tardes, feliz jueves.




¿Pero por qué ibas a quedarte haciendo senderismo a los pies de una montaña, pudiendo escalarla entera?




miércoles, 22 de octubre de 2014

El esfuerzo y la motivación




Este título no es mío, se lo he cogido prestado a un aprendiz de filósofo del primer capítulo de su libro. En este hace una reflexión sobre lo acostumbrados que estamos a hacer cosas que nos suponen un esfuerzo, y el poco caso que le hacemos a las cosas que verdaderamente nos salen de dentro.

He tenido tiempo para pensar en ello y desde que he vuelto a Málaga tengo este tema aún más presente.  Como ya escribía hace unos meses en Lo más importante, creo que en la vida nos dejamos enredar por las obligaciones hasta tal punto que olvidamos lo que nos hace grandes

Hay demasiadas cosas a tener en cuenta, sabes que tienes un futuro llamándote a la puerta, un abismo de miedos que bordear de puntillas, unas expectativas que superar. Y es cierto que en gran parte dejamos de hacer lo que nos nace de forma natural para hacer algo más productivo, pero en este momento sinceramente me cuesta delimitar donde acaba el esfuerzo y donde empieza la motivación. Todos tenemos claro cosas que nos salen de forma natural, bailar, escribir, tocar la guitarra. A nadie le supone un esfuerzo hacer el amor.

Sin embargo no todo es tan evidente. ¿Qué ocurre cuando descubrimos una motivación al final de un esfuerzo? ¿Y cuando perseguimos algo con tanta fiereza que estamos dispuestos a sacrificarnos? No, desde luego no todo es blanco o negro, y no siempre es tan fácil delimitar un factor del otro. Lo que sin embargo mantengo es la importancia de no perder nunca de vista la luz del faro.




“Vámonos a Cuba” es una frase que me acompaña desde que empecé la carrera, hay alguien que me la dice cada vez que estoy sometida a una situación máxima de estrés. Y creo que ilustra bastante bien los momentos en los que decidimos soltarnos de lo que nos ata y redireccionar nuestro camino.

No quiero que penséis en esto tan solo dentro del ámbito educativo o profesional, llevémoslo al plano personal. Cuando tenemos una persona importante en nuestra vida, ya sea una amistad o una pareja, con la que tenemos que esforzarnos es fácil que nos venga la duda de si realmente debería ser así. Tal vez lo natural sería que todo fuera fácil. Es entonces cuando tienes que plantearte si irte a Cuba o quedarte a su lado.

¿Qué ocurre cuando te esfuerzas demasiado por una motivación que no es real? ¿Y cuando pierdes la motivación de vista y finalmente te arrepientes por no haberte esforzado lo suficiente?


Pensad en ello. Buenas tardes, sean felices.

martes, 14 de octubre de 2014

Málaga enamora


La tetería


Málaga enamora, no se cómo pero te envuelve. Desde que llegué sentí que ya formaba parte de ella, que ya era mi hogar. Lo primero que me encandiló fue el CAC (Museo de Arte Contemporáneo) presidiendo el Soho, a partir de la primera visita despertó algo en mí que me hizo adicta a sus paredes, consiguiendo que me mudara a vivir cerca muy pronto. Desde ese día suelo ir varias veces al mes, encontrando en sus exposiciones siempre algo nuevo, estimulándome con sus colores, sus formas y conceptos.

Sin embargo esto no sería nada sin las tardes de meriendas en El café con Libros, El último mono o en esa tetería tan especial que descubriste con alguien y que se convirtió en vuestro sitio. Y no es solo un té con leche y un trozo de tarta, es una conversación, que digo una… cientos de conversaciones que sin darte cuenta penetraron en tu cabeza cambiándote para siempre.

Son los anocheceres especiales, en la inauguración de Retrospectiva de Doisneau en La Térmica el último viernes, emocionándonos por esa foto que significa solo lo que tú quieres. Y el rato de después cantando Oasis con una cerveza en la mano parodiándonos a nosotras mismas y riéndonos de esa teoría del “como me veo yo, como me ven los demás”. 
              
El vino dulce del Pimpi de las noches frente al Anfiteatro, el rueda de los medio días al Sol. Los paseos por Larios, por el Muelle 1. La calle del Babia, el Microteatro, el Drunko nuevo, el antiguo y el más antiguo aun. Las ensaladas de Pedregalejo, plaza activa el último domingo del mes. “Los Capullos no regalan flores” de Fnac, de cada rato que subimos a leernos entre las catástrofes que otra dibujó por nosotras. Los helados de Casa Mira. Te hacen suya. Y te hacen ver que no es tan solo una ciudad, es tu ecosistema.

CAC

CAC

La térmica

La térmica

CAC





martes, 30 de septiembre de 2014

Un verano contigo






Definitivamente ya se ha terminado el verano y las primeras lluvias insisten en recordarnoslo. Siempre me da pena despedirlo aun sabiendo que el otoño marca un nuevo comienzo de año lleno de cosas geniales. Así que esta vez decidí guardarme un pedacito de verano en un vídeo, para poder sentirlo en las tardes más frías de invierno. Y este ha sido el resultado, tres minutos que prueban que el ha sido mi verano, la sal de mi piel, el helado de tramontana,  mis noches de fiesta y las caricias de las siestas

Y sin darme cuenta ya ha pasado un año desde aquel rarísimo septiembre en el que las cosas se nos fueron de las manos, cuando yo tenía el corazón alicatado y tu la cabeza en otra parte. Te puedo asegurar que lo di todo para que no te quedarás y aun así te colaste.Un etnosur más, un agosto más y un septiembre nuevo en el que ya no te pido que te vayas. ¿Cómo iba a hacerlo? con todas las risas que te debo. Después de disfrutar de cada minuto con una paz infinita y al mismo tiempo convertir cualquier día una aventura. Complementando mi vida, siendo una pieza más de un complicado puzzle  y compartiendo mi tiempo con otras personas a las que ya quería antes de que tu llegaras, sin exigencias, sin pretensiones. Haciéndome sentir libre, libremente a tu lado. 

Prometimos hacer de cada experiencia algo extraordinario y aquí seguimos compañero, hasta que el cuerpo aguante.







martes, 23 de septiembre de 2014

Esclavas



















Hoy me toca desahogarme escupiendo un par de verdades. Y sin querer parecer feminista, porque ya no se ni lo que significa esa palabra, tengo claro que como mujer tengo algo que decir.

Me siento decepcionada cuando veo que en todas las cadenas aparecen presentadoras que encajan perfectamente en el canon de belleza preestablecido o cuando veo en la biblioteca a muchachas correctamente maquilladas y peinadas. Me decepciona porque mi primer pensamiento al respecto es “debería cuidarme más”. Y me molesta profundamente porque yo ya me cuido, me cuido cuando disfruto en cada comida y en cada cerveza con mis amigos; y sin embargo resoplo cuando me doy cuenta de que mis curvas van aumentando considerablemente.

Y es que aunque se que el tema nos lo sabemos ya de carrerilla, creo que no nos lo tomamos suficientemente en serio. Lejos de buscar culpables ni de calcular el origen de esta situación, hoy solo pretendo hacer una llamada a la cordura y reclamar un poco de atención hacia el hecho de que la mujer siga estando esclavizada a la belleza. Y ni siquiera a la belleza en su sentido más amplio, sino a la belleza física.

Estoy de acuerdo con el hecho de que todas necesitamos vernos y sentirnos bien con nosotras mismas,  pero hasta un límite. Y perdonad si sueno demasiado hiriente, pero de corazón os digo que si necesitáis operaros el pecho para ser felices el problema está mucho más adentro. Con todo esto no quiero ser demagoga ni mucho menos, porque yo soy la primera que se puso los grilletes. Pero simplemente me apetecía gritar que me jode tremendamente necesitar verme guapa, porque de verdad lo necesito. Y no se en qué momento decidí aceptarlo pero lo cierto es que no soy capaz de deshacerme de ello.

Y llamadme loca pero es que odio llevar sujetador porque me oprime y me dificulta la respiración, odio depilarme porque si no sufro por quemaduras, lo hago por sarpullido; y odio tener que maquillarme para simular una piel mejor cuando lo único que consigo es empeorarla. Pero es que lo que más odio es que aun odiándolo sigo haciendo todo esto.

Y creo que sea cual fuere el origen de todo esto, cada una es ama de su propia esclavitud y tiene la llave para hacerse libre, al menos en la medida justa. Y opino firmemente que somos nosotras las que debemos empezar a creernos que no tenemos la obligación de ser muñecas y que la belleza es algo que se cultiva a mayor profundidad.


Buenos días, sean felices.

martes, 9 de septiembre de 2014

Veronika decide morir






Septiembre es un mes raro, ya no es verano pero tampoco ha empezado el curso y no sabes muy bien en qué invertir tu tiempo. Yo por mi parte decidí pasar el primer fin de semana de septiembre leyendo este libro de Paulo Coelho, que inesperadamente me sorprendió para bien. Y como con casi todo, me ha animado a hacer una reflexión.

¿Qué haríais si os quedara una semana de vida y estuvierais en un lugar en el qué nadie pudiera juzgar lo que hacéis? En el caso de Veronika ese lugar era un manicomio. Un sitio en el que descubre el auténtico sentido de su vida, lejos de las presiones de su familia, de la supuesta moralidad y de los prejuicios de la sociedad. Puede que fuera ese el único caso en el que dejásemos salir nuestras partes más auténticas o salvajes. Y es por eso que el libro hace que te plantees que es en sí la locura y qué la diferencia de la genialidad. 

¿Qué ocurriría si viviésemos todos los días como si fuera nuestro ultimo día en un manicomio? Probablemente nuestra vida se nos iría de las manos. Y desde luego no creo que vivir sin rendir cuentas a la conciencia o sin respetar unos ciertos patrones de conducta sea correcto para nuestra salud mental ni para la de los que nos rodean. Sin embargo si creo que deberíamos dejar salir más dosis de locura e introducirla en nuestras perfectas vidas organizadas, deberíamos ser más valientes con los prejuicios y más honestos con nosotros mismos. Tal vez deberíamos dejar de dominar tanto nuestros impulsos y de asustarnos tanto de las posibles equivocaciones. Tal vez deberíamos vivir más.

Veronika decide suicidarse antes de entrar en el manicomio por tener una vida demasiado monótona y rutinaria. Yo no quiero llegar a vieja pensando que viví toda mi vida manteniendo la compostura y tratando de no equivocarme jamás. Y sinceramente siento que para evitarlo tengo que empezar a adoptar otra aptitud frente a las presiones de la sociedad y sobre todo frente a las mías propias.

Alguien me preguntó hace tiempo por qué siempre estaba rodeada de locos y yo respondí: "En mi opinión hay dos tipos de personas en el mundo: los locos y los estúpidos, y los segundos no me interesan".

PD: ¿Qué haríais si os quedara una semana de vida y fueseis totalmente libres para hacerlo?

Buenas tardes, sean felices.









sábado, 6 de septiembre de 2014

Besos con versos.



Libros de Pablo.






























No se de qué manera entraste
porque yo no abrí ninguna puerta.
Mis candados estaban cerrados
y aunque en mi memoria
hacía menos frío que en tu vida
derretiste con tu vientre
el iceberg de mi cama.

Me cacheaste el alma con la mirada
y con las manos en voz baja
me quitaste de encima la tristeza.

Desde que te conozco tengo alas
porque tu me enseñaste cómo usarlas.


                                          - Diego Ojeda,  Mi chica revolucionaria.





domingo, 31 de agosto de 2014

Desnúdate









Desnudarse. Según la Real Academia Española significa “despojar algo de lo que lo cubre o adorna”. Puede resultar sencillo si nos quedamos en la primera acepción de este verbo, pero ¿ y cuando desnudarse no tiene nada que ver con quitarse la ropa? Entonces es cuando realmente da miedo, sobre todo cuando lo haces ante los ojos de otra persona.

Cuando compartimos cosas que antes no nos habíamos atrevido a decir en voz alta, cuando apagamos el botón que nos dice cómo comportarnos y nos dejamos llevar. Cuando somos azúcar sin refinar.

Desnudarse ante alguien es permitir que otra persona se adentre en lo más intimo de ti, es dejarlo pasar a un espacio de privacidad tan profundo que impresiona. Y cuando eso pasa sabes que esa persona ha cruzado un límite, que está dentro de ti y puede verte con tal claridad y pureza que nunca podrá mirarte de otra forma.

Cuando alguien llega a ese nivel está alcanzando lo que para mi es el sentimiento más grande que puedes mantener con una persona: la confianza. El grado de afecto más amplio tanto en dimensión como en profundidad. Es el estado en el que pones en manos de otra persona todo lo que eres y lo haces con la seguridad de que estás a salvo.


Y es un lazo tan fuerte y tan honesto que te permite sentir a la otra persona con total sinceridad, sin nada que la cubra o la adorne.

Buenas tardes, sean felices.


miércoles, 20 de agosto de 2014

"Sueño y mentira de Franco" , Pablo Picasso.


Ha sido una sorpresa para mi encontrarme hoy estas lámina por la red del cubista malagueño Pablo Picasso. En ellas ridiculiza el alzamiento del general Franco y sienta las bases de lo que sería el Guernica. Hace mucho que no traigo nada de arte al blog por lo que he decidido compartirlo con vosotros.




La transcripción de su significado la he copiado literalmente de arte.archivoros.com y es la siguiente:

" En la primera escena aparece Franco como un pervertido caballero cristiano, en una parodia de los héroes legendarios españoles. El sol se mofa de él, y el caballo hace una mueca siniestra que trata de ser sonrisa. En la segunda el Caudillo aparece con un descomunal pene erecto que le sirve de pértiga para guardar el equilibrio sobre la cuerda floja; es caricaturizada su virilidad y su orgullo masculino como guerrero. En la tercera escena aparece destruyendo con un pico un busto de mujer, manifestando la amenaza franquista hacia la cultura y la belleza. En la cuarta escena el insurrecto aparece travestido con un abanico, representando su total cobardía. En el quinto es atacado por un toro furioso, símbolo de la derrota del fascismo en manos del pueblo de España. En la sexta reza ante un altar con una bola del mundo a lo alto, y rodeado de una alambrada de púas. En la séptima escena hace una parodia de la creación bíblica del mundo, con el “generalísimo” rodeado de bichos e insectos. En la octava vuela con un poderoso Pegaso hacía el sol, a quién atraviesa con su estandarte, mientras que en la novena cabalga a lomos de un cerdo de nuevo hacía el sol, lo que significa su ocaso y la salvación de España.
En la segunda lámina, y la continuación de la anterior, en la primera, segunda y tercera viñeta muestran la consecuencia de los actos de terror del Caudillo; aparecen los cadáveres de una muchacha y el de un caballo que cobija al jinete caído con la curva de su pescuezo. En la cuarta y quinta escena la figura del toro vuelve a enfrentarse a un Franco acobardado. En las últimas escenas, que aportó posteriormente, transcriben escenas del“Guernica”, con mujeres llorando y gritando por la muerte de sus hijos, y rotas por el horror. "

Es un divertido cómic que encierra la mayor barbarie que ha contemplado nuestro país. ¿Qué os parece?

Buenas tardes, sean felices.


lunes, 18 de agosto de 2014

Zahora





Playa de Bolonia, Cádiz



En muchas de mis entradas os he hablado de lo importante que es para mi el circulo de personas que arropan tu vida, y de cómo creo que eso afecta a determinar quiénes somos. Siempre lo he hecho partiendo de lo que esas personas son capaces de aportarnos pero esta vez quería tomar otro punto de vista, no desde la perspectiva en la que ellos externamente nos influyen sino en lo que internamente despiertan en nosotros.

A lo largo de mi corta vida han pasado una serie de personas determinantes, personas que no solo me han contaminado con sus ideas o su personalidad, sino personas que no se cómo han sabido meterse dentro y encender partes de mi misma que hasta entonces no habían brillado nunca.  Pero más incluso me fascina darme cuenta de cómo esas personas son capaces de apagar otras partes que no necesitaba.

Zahora es la playa en la que estaba cuando empecé a darle vueltas a esta idea. Mientras lo miraba de reojo y pensaba en por qué antes no había sabido querer tan bien a otra persona.

Entiendo también que nuestra conducta cambia paulatinamente conforme vamos aprendiendo de nuestros errores y vamos adquiriendo cierta  inteligencia emocional, pero creo que las personas que nos acompañan en ese proceso nos influyen de una manera bestial.

Supongo que todos tenemos personas así, duendes que hacen que seamos divertidos, creativos, curiosos, responsables, aventureros, amantes de la naturaleza, los festivales o los conciertos de jazz, o que dejemos de ser pesimistas, inseguros o celosos. Y creo que a veces solo necesitamos abrirles las puertas y dejar que toquen algunos de nuestros botones internos.

PD: Es curioso, pero en ninguna de las fotos aparece esta playa ;)


Buenas tardes, sean felices.


lunes, 11 de agosto de 2014

La teoría de mis historias.






Tengo una teoría. Una de esas teorías estúpidas que pensé algún día en el que estaba más sensible de lo normal o en el que no tenía demasiadas ganas de analizarla racionalmente. Una de esas teorías que haré obsoleta un día de estos, pero que por el momento me vale.

Tengo la teoría de que la importancia que le atribuimos a una u otra persona viene en gran medida dada por la historia que hemos construido con ella, por encima incluso de las cualidades fundamentales de esa persona. Como toda teoría existen excepciones, no todas las personas de nuestra vida comparten nuestras historias, esta teorías es solo valida para algunas de ellas. Quizás las más importantes.

Tengo la teoría de que los vínculos que creamos con las personas vienen determinados por la construcción de un lazo compuesto por momentos que te dejaron huella. Pero más aun, llego a pensar que lo que creamos se basa en la carga simbólica que atribuimos y en la recreación que hacemos de esos momentos con el tiempo. La interpretación de esos hechos que a veces se conjugan con paisajes, canciones o comidas, con alguna frase intensa o incluso con un chiste, una mirada profunda, un abrazo sincero. Instantes. Instantes que interpretamos y que enlazamos uno a otro hasta crear una cadena llena de sentimientos y emociones que te atan a una persona hasta el momento en que decides que esa historia deja de ser importante.

Al mismo tiempo creo que esta cadena no puede ser bidireccional, es imposible hacer una interpretación simétrica de un recuerdo. Entre otras cosas porque un recuerdo ni siquiera es real, sino tan solo una proyección de lo que queremos que sea. Por eso creo que al final cada uno de nosotros tiene un recopilatorio único de historias que nunca se parecerá al de ninguna otra persona. 


Y es que al final, de las experiencias que vivimos, solo nos quedamos con la intensidad con la que hayamos construido nuestras historias. Y de la impresión de las personas con las que las hayamos compartido. Por eso creo que es necesario saber atribuir a cada momento la importancia que se merece, a cada recuerdo el sentido que le corresponde y a cada historia el lugar adecuado en nuestra vida. 

Buenos noches, sean felices.


lunes, 4 de agosto de 2014

No hay manera.





Feliz agosto a todos! Después de tanto tiempo sin actualizar no he podido evitar plantearme cosas como si estaba transmitiendo de verdad mi personalidad en estas entradas, hasta qué punto debía escribir mis pensamientos o sobre de qué debería hablar.  Necesitaba hablar con ella. Esa persona que te habla con la misma facilidad de cine francés y conflictos armados, que de las tendencias de Vogue y de qué hacer con tu blog.

Cuatro días no son nada cuando estas acostumbrada a vivir con otra persona, pero aun así nos dio para hablar por los codos. Y al final de cada tema siempre una conclusión.

Ella es una de esas personas como las que todos tenemos en nuestras vidas. Alguien que se encarga de minimizar nuestros errores y  levantarle la sabana a los fantasmas que nos atormentan para reírse de ellos. Y que falta nos hace. Que te recuerden la vida tan increíble que tienes, lo mucho que te ha costado llegar donde estas  y lo mucho que te lo mereces, lo importante que es luchar por lo que es justo y lo necesario que resulta defender la verdad (como me enseñan también en mi casa).

Y  ya está. Y ser feliz. Arreglándonos la vida, compartiendo sueños, recaudando anécdotas y conformando un colchón en el que caer y caer siempre en blando.

Y mirar más adentro que hacia fuera, como este blog, que más que un escaparate es tan solo un sitio en el que desahogarse, en el que no caben las pretensiones ni los prejuicios. Un lugar fuera de mi cabeza en el que ordenar cosas sin más.








lunes, 7 de julio de 2014

Mi libro favorito.


Dime quien soy. (Julia Navarro)





Saber quien somos es algo que solo podemos comprender a través de nuestros recuerdos. Es lo más valioso que tenemos cuando te paras en un punto y miras atrás y sabes que eso te condicionará a la hora de ir hacia delante. En el caso de nuestro planeta sus recuerdos no son otros que la historia. Y supongo que por eso mis libros favoritos son las novelas históricas.

Esta llegó a mis manos como regalo de cumpleaños de mi gran amiga Ana. Y desde luego demostró que me conocía bien porque ha sido el libro que más me ha gustado hasta el día de hoy.

Hace un recorrido por los grandes hechos desde los años de la Segunda República hasta la caída del Muro de Berlín, pasando por la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Pero en este caso no es un soldado republicano ni un general nazi quien cuenta la historia, sino una mujer. Amelia. Una mujer cuya vida se guió por sus convicciones políticas, las cuales fueron evolucionando a medida que llegaron sus  desengaños.  Sufrió en sus carnes la represión de los regímenes que dominaron el mundo pero jamás traicionó al amor más grande de su vida,  la justicia social.





La vida de Amelia está llena de emoción, intriga, compromiso y valentía. Cuatro son los hombres que compartirán el amor de Amelia, cada uno distinto y especial, que la marcarán y la ayudarán a determinar su destino.

La evolución del personaje desde que apenas es una adolescente hasta sus últimos días es impresionante y la representación del escenario político a lo largo de esos años lo es aún más.
La personalidad tan atrayente de la protagonista logra hacerte cómplice de todos sus sueños  y los acontecimientos tan trágicos que se sucedieron durante su historia consigue mantenerte en vilo hasta la última página.

También cabe añadir que no es Amelia directamente la que narra la historia, sino las personas que la conocieron. Es su biznieto periodista el que se dispone a investigar la vida de su bisabuela y a recomponer las piezas de su vida viajando por medio mundo para recoger los testimonios de quienes la compartieron con ella.

Esta ha sido la mejor novela que me he leído hasta hoy y Amelia el mejor personaje con el que he compartido mi tiempo.
En este lunes de principios de verano, os animo a que os dejéis atrapar por sus páginas. Sean felices.






martes, 1 de julio de 2014

Hagamos balance.



Sin darnos cuenta ya ha pasado un año (universitario)  más y toca hacer balance.  En estos meses de independencia y libre albedrío tenemos la sensación de ser más nosotros mismos.
Por mi parte,  Málaga sigue teniendo muchas cosas que aportarme y estar aquí me hace estar cerca de todas mis motivaciones.

Este año he aprendido que donde pones la atención pones la energía, y eso es muy importante a la hora de guiar tu vida. Si centras tu atención en los aspectos negativos te obstaculizas a ti mismo disfrutar del día a día. Por otro lado, también me he dado cuenta de que es necesario aceptar un nivel mínimo de conflicto y a convivir con él de la mejor manera posible.

Y a valorar a las personas que te escogieron para formar parte de sus vidas. A asimilar que cada cerebro es de una forma y a tratar de entender cómo funcionan. A evitar hacer juicios de valor y a apreciar la riqueza de la pluralidad.
A confiar en personas que sabes que estarán a tu lado hasta el fin de tus días. Y a disfrutar más de otras, por así no fuera.
A que hay mil formas de amar a alguien, y a saber disfrutar de cada una de ellas. A saltar muros. A dejarse llevar. A reinventarme y reinventarnos juntos.

Este año he aprendido a que cuanto más conozco más dudas tengo. Y a que la curiosidad es una cualidad increíble.

Pero si tuviera que destacar lo más importante que he encontrado este año sería la importancia de saber apreciar los estímulos. La inspiración. Las pequeñas dosis de ilusión, de paz o de impulso que te encuentras en una lámina del CAC, en la esquina  contraria de la cama o en las hipotéticas huidas a Ibiza con un zumo de El último mono. Esas cosas que te hacen sentir que estás bien, que estas creciendo y que tu vida merece la pena.







martes, 10 de junio de 2014

Una publicidad que cambie el mundo.





Hay un día en la vida de todos en el que nos toca sentarnos y preguntar en voz alta ¿a qué quiero dedicarme? En ese momento miramos en nuestro interior, buscamos qué nos hace disfrutar, qué podemos aportar y cuál es la mejor forma de conseguirlo. Ese día yo escogí dedicarme a la comunicación. Por intuición, como se toman muchas de las decisiones acertadas.

A pesar de lo que se piensa, la publicidad no va de hacer anuncios, va de transmitir ideas, de llegar a la gente. La publicidad en esencia es una representación simbólica de la realidad. Es una imagen del mundo encuadrada en un marco concreto. Es subjetividad pura. 

La publicidad es un teatro, con un escenario construido, unos sujetos caracterizados y una atmósfera que busca transmitir algo. 

La publicidad es vender. Vender ideas. Es una herramienta que a menudo se usa para colocar productos en la mente del consumidor, pero en realidad no es el producto en sí lo que nos alcanza, sino el conjunto de elementos emocionales que se asocian a él. 

Ese es el poder real de la publicidad, la capacidad que tiene de colocar microuniversos en el cerebro de las personas.
Y ese poder es, en si mismo, fascinante.

Su capacidad de propiciar una determinada imagen del mundo en nuestra apreciación de la realidad la convierte en un recurso para fomentar valores que impulsen el desarrollo y apoyen el cambio social.

La comunicación comercial ha conseguido implantarnos la sociedad de consumo y la economía de mercado. Bien. ¿Y por qué no utilizarla en sentido contrario? Los nuevos publicistas tenemos en nuestras manos el poder de recrear una nueva concepción del mundo, hagámoslo de forma que contribuya a eliminar la desigualdad social, los roles de género y los estereotipos, que despierte el espíritu crítico y estimule los sentidos, que inculque valores de compromiso y solidaridad. En definitiva, que colaboré a realizar mejoras en la sociedad.

Tenemos el paisaje, tenemos las herramientas. Solo nos queda escoger bien el marco. 

Buenas tardes, sean felices.









lunes, 2 de junio de 2014

La felicidad no espera.








"Hola, ¿cómo estás? - Pues bien, ahí vamos."
Esta es la contestación que solemos dar cuando alguien nos pregunta cómo estamos. Si tenemos tiempo seguiremos con un "con esto y con lo otro pero bien". Ni si quiera le prestamos atención a la respuesta y tampoco a la pregunta. Lo que hay detrás de esa contestación depende de la situación y la interpretación de cada uno, pero lo que esta claro es que no significa un "soy feliz, tengo una vida de puta madre". 
Pero ¿y si nos hiciéramos la pregunta honestamente a nosotros mismos? Estoy segura de que encontraríamos muchas cosas de las que poder quejarnos y probablemente lleguemos a la conclusión de "cuando solucione esto seré totalmente feliz". Pero es una afirmación completamente falsa. 

El ser humano está ligado al conflicto como parte inherente a si mismo. La sociedad lleva consigo el elemento conflictivo, y para comprobarlo tenemos ahí los libros de historia y de política. 

Mantengo la opinión de que tenemos un concepto ficticio de la felicidad. Mantener unas condiciones personales exentas de cualquier tipo de conflicto es sencillamente imposible. Los conflictos van a estar ahí, siempre. Los solucionaremos, vendrán otros, variarán... y si esperamos a que desaparezcan para poder alcanzar la felicidad espero que haya una silla cerca, porque la felicidad no espera. 

"Trabajo demasiado", "no tengo trabajo", "no tengo pareja", "era más feliz sin pareja", "que dura es la universidad", "ojalá pudiera volver a vivir los años de universidad"... Siempre hay algo que puede ir a mejor, y esa es la parte positiva del conflicto: que obliga a trabajar para solucionarlo, y siempre supone un avance en una u otra dirección. Y esa es la actitud a que a mi me gusta, el espíritu crítico, la necesidad de cambio, la voluntad de progreso. Sí, pero con el optimismo por delante. 

No podemos dejarnos vencer por las circunstancias. Debemos aceptar los conflictos con algo natural con lo que convivir en nuestra vida, y sobre todo, aceptar que la felicidad se consigue cuando lo que buscas y lo que encuentras es lo más parecido posible.







lunes, 26 de mayo de 2014

Cordobesa.













Se suele decir que todas las personas nacemos con una mitad y que nuestro reto será encontrarla en el mundo. Yo creo que más que una, tenemos varias. Varios gajos que encajarán perfectamente en tu vida y que llenarán de luz tus días. Ella es uno de ellos.

Mi cordobesa. Tan distinta a mi como la noche y el día, complementa mi total racionalidad con su avalancha de emociones. Es de esas personas que desde el minuto en que las conoces sabes que te acompañarán para el resto de tu vida. Supongo que todos tenemos alguien así. Una amistad incondicional, tan pura como cuando eres niño. No hay nadie que conozca mejor por qué levantas la ceja en una conversación, ni por qué hoy estás más seria, no hay nadie que sepa mejor cuales son tus cicatrices y cómo las curaste, no hay nadie que entienda mejor la palabra lealtad.


Hace una semana fuí a visitar el lugar donde creció y es tan.. ella. Córdoba es un entresijo de callejuelas estrechas, que no sabes muy bien a donde te llevarán, con un suelo empedrado por el que cuesta caminar, unas plazas con fuentes, mucha gente en las terrazas y balcones con flores de mil colores. Definitivamente, Córdoba es ella.