Qué lejos se ve el
verano desde el frio diciembre. Como se extraña la sal en la piel, el pelo
mojado, las puestas de Sol desde
cualquier sitio, los baños interminables en el mar o los vestidos de vuelo
blancos con la piel morena. Pasear por las tardes, hacer intentos de ir en
bici, la alegría desbordante que te da la luz del día, los planes y planes y
más planes. El no hacer nada, el hacer de todo. El tiempo… sobre todo el
tiempo, para ti, para dedicarlo a lo que te apetezca en cada segundo. Qué lejos
se ve todo eso desde el ritmo ajetreado de la universidad, los días grises y el
estrés. Aunque supongo que por eso el verano es tan especial, porque las ganas
de que llegue se guardan desde que acaba.
jueves, 19 de diciembre de 2013
lunes, 9 de diciembre de 2013
La mejor versión de ti mismo.
Santorini, Grecia |
Todos cometemos errores. Todos tomamos decisiones
equivocadas y nos lanzamos muchas veces contra las situaciones sin estudiarlas
fríamente. Es normal. Nadie nos enseña a ser perfectos.
El ser humano es tan complejo que es imposible esperar que
adopte siempre unos mismos patrones de conducta, sin desviarse nunca. Las
situaciones que se nos plantean, el conjunto de cosas que tengamos en ese
momento en al cabeza, el ritmo de vida que llevemos o el entorno nos hacen
responder de una forma u otra. Es frecuente que a veces miremos atrás recordemos conductas en las que ni siquiera nos reconocemos a nosotros
mismos. Decisiones equivocadas, actitudes erróneas y reacciones inapropiadas.
Es curioso ver como cambiamos con el paso del tiempo y como
vamos descubriendo nuestros fallos para tratar de hacernos cada vez mejores, con el propósito de alcanzar la mejor versión de uno mismo.
No puedo decir que este orgullosa de todo lo que he hecho a
lo largo de mi vida, ni que no vaya a volver a equivocarme en un futuro. Pero
se que de cada decisión equivocada o de cada conducta impropia he aprendido a
conocerme un poco más y a entender lo importante que resulta saber perdonar y perdonarse.
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