miércoles, 25 de septiembre de 2013

Así de fácil.






Hay veces en las que estamos tan sumergidos en las cosas que nos angustian que nos perdemos las verdaderamente importantes. Con el tiempo te das cuenta de que la única manera que existe de poder librarse de los elementos conflictivos es alejarse de ellos, reflexionar sobre las situaciones que nos inhabilitan y enfrentarse a ellas desde una actitud calmada.

Es normal que haya momentos en los que perdamos los nervios y creyamos que el problema nos supera, pero es fundamental que en esos momentos de flaqueo frenemos en seco y reconduzcamos nuestro camino.

Y así, sin perder de vista el rumbo que hemos elegido y corrigiendo las posibles desviaciones, llega un día en el que sin darte cuenta el problema se ha borrado de tu cabeza y te sientes completamente libre.

Buenas noches, sean felices.